Basada en la novela homónima de Tom Perrotta, Eva Fletcher (Kathryn Hahn) es una mujer divorciada que está comenzando a experimentar lo que se conoce como el nido vacío: su problemático hijo salió del colegio y ha entrado a la universidad. Ella, que se desvive por el joven, de pronto se ve en una casa extremadamente grande y sola. Y entonces comienza a experimentar un despertar sexual, tras años de sublimarlo.
En el papel, la serie parece una historia más de esas donde las amigas de la protagonista la impulsan a conocer a alguien en redes sociales (Tinder, Match y otras app), a numerosas escenas de citas fallidas y a la angustia que supuestamente implica estar sola (o). Pero, como se trata de una ficción de HBO, evidentemente hay mucho más que eso.
Pese a su vocación de comedia menor y dulce, con el correr de los capítulos, Mrs. Fletcher se devela como lo que realmente es: una historia que busca incomodar a ratos (con escenas que rompen la aparente normalidad del relato), que muestra a una mujer al borde los 40 que está encontrándose consigo misma y, por tanto, no parece entusiasmarle tanto el conocer a alguien como la exploración personal.
En ese terreno, y con una cuidada dirección y guion, la serie se eleva muy por sobre la media y logra sacar más que sonrisas. Una pequeña revelación entre las series que han debutado en el último trimestre del año.

