Por Agustina Medovic

Los profesionales de la locución comercial le otorgan una voz adecuada y convincente a un mensaje publicitario, dándole vida a miles de personajes, recreando situaciones o comunicando las características de diversos productos y servicios. El mensaje se debe transmitir de manera atractiva y adaptarse al público objetivo, para así conectar y generar impacto en la audiencia. 

Y es aquí donde Patoperro tiene mucho que contar: con un staff de seis mujeres, nueve hombres y tres locutores internacionales se han encargado de darle vida a reconocidos personajes y voces corporativas que acompañan a millones de personas en su día a día. 

Esta iniciativa la lideran Samuel Guajardo y Eduardo Valenzuela. Samuel, inició su carrera como actor y no solo lo reconocerás cuando escuches la voz del “Pato del Banco”, personaje que realiza hace 14 años, sino que, además, es el locutor corporativo del mismo BancoEstado hace siete años. Otro de sus papeles más queridos y antiguos -16 años- es nada menos que Billy de Bilz y Pap el marciano rojo. Además, hoy es el locutor oficial de Nissan, Loto de Polla, entre otros. Eduardo Valenzuela, con 30 años en la industria de la locución, es el único chileno ganador del “SOVAS Awards”, en la ceremonia realizada en Warner Studios, Los Angeles, California, galardón- que en el rubro de la locución- equivale a ganarse un Oscar, Emmy o Tonny, en la categoría Outstanding Comercial Demo Reel, Best Spanish Voicer 2016, comenta Eduardo quien ha hecho voces como a Mike  de Bilz y Pap; los personajes animados de BCI; el personaje de Papel Higiénico “Noble”, “Capitán Zamora” para serie “Pulentos”, “Lalo” de “Diego y Glot”. Pero, por lejos, el papel que más lo ha caracterizado, es por su interpretaciones en la voz del Perro “Spike” de Lipigas.

¿Siempre quisieron trabajar en el mundo de las voces?

“Siempre me gustó, pero nunca pensé que iba a trabajar y vivir de esto”, explica Eduardo. Partió filmando comerciales, y su horizonte era ser director de publicidad. Grabó muchos comerciales y pasó a ser asistente de dirección. El próximo paso era dirigir, pero por casualidad reemplazó a un locutor y ahí partió todo. 

Samuel en cambio estudió teatro. Trabajaba en teleseries de TVN, Mega y Canal 13 haciendo papeles de actor de reparto. “Yo tenía un conflicto conmigo mismo, no me gustaba verme en pantalla y de hecho no me gusta mucho sacarme fotos. Un día una productora me dijo que yo tenía buena voz y me dijo que me fuera a presentar a un casting. Era un comercial de Elite donde un papá llevaba a una niña al baño, ahí quedé y me llamaron al otro día porque me tenían otro trabajo y luego otros. Me empezó a ir bien y abandoné la “tele a color”, no pretendo volver a actuar, yo feliz detrás del micrófono. 

La voz de la experiencia

Ambos locutores destacan que es fundamental el “carrete” e interacción con diferentes estudios: “Este trabajo para aprenderlo, se aprende presencialmente. Hay que pasar por diez estudios para así conocer diez manos que se complementan. Además, nosotros tenemos que hacer el personaje y el locutor, y no se puede notar que son los dos.” Eduardo agrega: “Ahí fuimos aprendiendo, relacionándonos con gente, como a todas las personas que hoy día conocemos, como el estudio de Caco Lyon, Pato Valenzuela, Lito Zerené, Marlo Moya, Ricardo Cubillos, entre otros.”

Nace Patoperro Voces

Patoperro es la primera agencia de representación de talentos de voz en Chile: “somos un nuevo actor en el mercado, somos una agencia de voces”.  Lo que realizan es representar talentos, en la cual se encargan de ser los proveedores de la agencia y del cliente. Lo que hacemos es, tener un agente, representar gente y talentos, y relacionarnos como debería ser la relación normal como existe en otros países del mundo, en la cual nosotros somos proveedores de la agencia y del cliente. Lo que se hace en otras partes, es que la agencia convoca para sus proyectos y tiene un book con una serie de agencias de talentos que llevan a distintas personas. Luego seleccionan y se lo presentan al cliente, el cliente decide y te mandan al estudio a grabar, y el estudio cumple la función de que tú vas y simplemente grabas y ellos mezclan y entregan. Esto provoca que el talento se dedique a lo que tiene que dedicarse, que es grabar y hacer bien sus personajes, y otra persona se dedica a negociar. El problema que hay en Chile es que nosotros tenemos que grabar y negociar, y la mayoría de las y los locutores estudiamos teatro, audiovisual o periodismo”, explica Samuel Guajardo. “Pretendemos calzar con el modelo americano, que es un modelo casi estándar en varios países del mundo, porque en Chile no existe ningún ente como por ejemplo SAG-AFTRA en Estados Unidos que regule todo esto”, agrega Eduardo Valuenzela.

Una mirada a la industria de la postproducción

En la actualidad hay temas que aún no están debidamente regulados en Chile respecto a la industria de la postproducción, sobre todo en el mundo de los talentos de voz. Pero no todo es negativo, ya que esta situación le entrega oportunidades y desafíos al rubro para perfeccionarse: “Los estudios de sonido en Chile tienen más poder que afuera, como Estados Unidos, u otras partes del mundo. En Chile actúan como agencias de talentos, siendo que afuera los estudios sólo graban y mezclan, y existen las agencias de talentos que se relacionan solamente con el cliente y con la agencia de publicidad. Entonces eso provoca que sea un mercado deformado en relación al resto de los países. Se está trabajando para mejorar esto”, comentan.  La dupla enfatiza que en Chile se debe continuar con la tarea de elevar los estándares de la industria, en relación a sus regulaciones y el orden de su funcionamiento: “Chile está al debe todavía, al igual que la industria en general después de lo que pasó en el 2008 con la quiebra de Cine Cien, eso dejó varias lecciones para progresar”, explican.

Las voces de la edición especial del Festival ACHAP 2020 

Para esta edición especial del Festival ACHAP, Samuel y Eduardo fueron invitados a colaborar con sus voces, y ellos fueron mucho más allá y crearon- junto con el equipo de producción de ACHAP- una propuesta lúdica y creativa, integrando a todo el staff patoperruno haciendo de esta premiación una jornada memorable. 

¿Cómo recibieron la invitación de ser animadores del Festival ACHAP? ¿Cómo fue la experiencia?

“Fue gratificante y espectacular. Primero que nos llamen de ACHAP para participar en un festival tan importante, y sobre todo en la publicidad que es el medio en el que nosotros nos desenvolvemos. También nos gustó el desafío de tener tan poco tiempo para montar algo que parece que tuvo buenos resultados. ACHAP nos comentó que la gente se lo tomó bien. Éramos peces en el río porque trabajamos también en publicidad, entonces conocíamos de la industria. Los nervios ayudan a la creatividad, por lo menos en mi caso cuando me apremia el tiempo, me aflora más la creatividad”, comenta Eduardo.

Samuel por su parte tomó con sorpresa la noticia: “Siento que de alguna manera esta invitación fue un reconocimiento hacia nosotros. Si nos pidieran animar nuevamente el festival, lo volveríamos hacer sin duda, yo ya tengo ideas”. 

Los locutores aprovechan esta conversación con A! Magazine para agradecer a agencias de publicidad, productores y directores que los ayudaron a forjar su idea de Patoperro Voces. Entre ellos están: José Ignacio Solari, Jorge Samur, Samer Zeidan, Max Hamilton, Gonzalo Ferrada, Felipe Bobadilla. También directores como el Mota, productores como Rodrigo Cofré, Alfredo López y un sinfín de gente que estuvo apoyándolos. Destacan especialmente el apoyo de su agente Constanza Mengotti: “si no fuera por ella nosotros no podríamos haber hecho este proyecto, ella nos cuida y es el alma de Patoperro”.

patoperro.cl

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