En época de entrega de premios en Estados Unidos y Europa, donde se allana el camino para las nominaciones al Oscar, una película animada corre con ventaja para esa categoría, por sobre Frozen 2, Toy story 4 o Lego 2. Se trata de I lost my body (Perdí mi cuerpo), un filme que Netflix acaba de estrenar en su plataforma y que ya ganó la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y del Círculo de Críticos de Nueva York y también de Los Angeles.
Basada en la novela Happy hand, del escritor y también guionista Guillaume Laurant (Amelié), esta película francesa tiene un título que no es poesía ni cursilería sino algo literal: una mano dentro de un laboratorio se escapa y busca al resto del cuerpo, mientras a la par se cuenta la historia Naoufel -propietario de esa mano-, previo al accidente que lo dejó sin esa extremidad.
Con una imaginativa audiovisual sorprendente, que combina ficción con ciertos toques de humor, la experiencia termina delineando la historia del personaje principal: cómo fue su niñez, cómo se convirtió en el hombre que es ahora y las circunstancias que lo llevaron a perder una mano. Lo que termina contando la película es una vida completa, con sensibilidad y a ratos emoción, la búsqueda de la identidad y la realización profesional y afectiva. Es una cinta de apenas 80 minutos que atrapa gracias a su insólito entramado. Toda una experiencia.
Disponible en Netflix.
